jueves, 23 de febrero de 2012

http://es.geocities.com/filoipb/imagenes/logo1.gifhttp://es.geocities.com/filoipb/imagenes/logo2.gifREPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA
UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA EXPERIMENTAL LIBERTADOR
INSTITUTO PEDAGÓGICO DE BARQUISIMETO
“LUIS BELTRÁN PRIETO FIGUEROA”











LA ÉTICA Y EL EJERCICIO PROFESIONAL
(Encuesta)






Alumna:
Mayrelis Pérez.
Sección: 4PE03
Curso: Ética y Docencia.
Profesor:
Jorge Pérez.
Barquisimeto, febrero de 2012



INTRODUCCIÓN


La ética es una rama de la filosofía que en e un sentido muy amplio se encarga del estudio de la conducta humana. Ética es la “parte de la filosofía que trata de la moral y de las obligaciones del hombre” que no concierne a lo jurídico, sino al respeto humano. Del Diccionario Manual e Ilustrado de la Lengua Española se puede extraer también que la ética es la práctica de la moral que surge de la conciencia humana y que se inspira en el respeto que cada quien tenga de sus semejantes. La ética no es una norma, no es una ley, no es un dogma; es algo más natural e inherente a la persona. No es una obligación, está implícita en la conducta, nace y se cultiva con la práctica y solo de esa manera se fortalece. Es expresión verdadera del pensamiento y se alimenta con la calidad y caridad de las acciones o actos que a diario realizamos. Esto quiere decir que la ética se halla inmersa en todo cuanto  el ser humano realiza, es por ello que el tema a indagar  en esta encuesta es la ética en el ejercicio profesional, encuesta que se realizó con la finalidad de conocer que piensan sobre este punto dos jóvenes, uno de ellos una estudiante universitaria de Psicología y el otro un joven Analista de Sistemas graduado recientemente.






ENCUESTA SOBRE LA IMPORTANCIA DE LA ÉTICA EN EL EJERCICIO PROFESIONAL

DATOS DEL ENCUESTADO
Nombre y apellido: Wendy Pérez.
Edad: 19 años
Sexo: Femenino.
Ocupación: Estudiante universitario.




1)      ¿Has oído hablar de la ética?
·         Casi siempre.
·         Con frecuencia
·         Algunas veces
·         Muy rara la vez.
·         Nunca

2)      ¿Te llama la atención está temática?
·         Si
·         No
·         Sólo un poco
·         Ampliamente.

3)      ¿Consideras la ética como parte esencial del ser humano?
·         Si
·         No
·         En algunos aspectos


4)      ¿Te consideras una persona correcta en sus procederes?
·         En ocasiones
·         Siempre
·         Casi nunca

5)      ¿Crees tú que  la relación entre ética  y el ejercicio de cualquier profesión debe darse?
·         Si
·         No
·         Depende la profesión
·         Me da lo mismo

6)      ¿Crees tú que un profesional que realiza su labor con ética es mejor que uno que lo haga sin ella?
·         Si
·         No
 Es irrelevante
7)      ¿Te consideras una persona con ética?
·         Si
·         No

8)      ¿Cuántas veces has demostrado un carácter ético ante situaciones en tu vida diaria?
·         En algunas ocasiones.
·         Siempre
·         Nunca

9)      ¿Consideras a la ética importante para mantener mejores relaciones humanas en la sociedad?
·         Si
·         No

10)   ¿Piensas que es necesario adoptar la ética en nuestras actividades diarias con el fin de mantener mejores relaciones con las personas que nos rodean?
·         Si
·         No
·         Es irrelevante



ENCUESTA SOBRE LA IMPORTANCIA DE LA ÉTICA EN EL EJERCICIO PROFESIONAL

DATOS DEL ENCUESTADO
Nombre y apellido: Luis Pérez.
Edad: 25 años
Sexo: Masculino
Ocupación: Analista de Sistemas


1)  ¿Has oído hablar de la ética?
·         Casi siempre.
·         Con frecuencia
·         Algunas veces
·         Muy rara la vez.
·         Nunca

2)      ¿Te llama la atención está temática?
·         Si
·         No
·         Sólo un poco
·         Ampliamente

3)      ¿Consideras la ética como parte esencial del ser humano?
·         Si
·         No
·         En algunos aspectos


4)      ¿Te consideras una persona correcta en sus procederes?
·         En ocasiones
·         Siempre
·         Casi nunca

5)      ¿Crees tú que  la relación entre ética  y el ejercicio de cualquier profesión debe darse?
·         Si
·         No
·         Depende la profesión
·         Me da lo mismo

6)      ¿Crees tú que un profesional que realiza su labor con ética es mejor que uno que lo haga sin ella?
·         Si
·         No
·         Es irrelevante

7)      ¿Te consideras una persona con ética?
·         Si
·         No

8)      ¿Cuántas veces has demostrado un carácter ético ante situaciones en tu vida diaria?
·         En algunas ocasiones.
·         Siempre
·         Nunca

9)      ¿Consideras a la ética importante para mantener mejores relaciones humanas en la sociedad?
·         Si
·         No

10)   ¿Piensas que es necesario adoptar la ética en nuestras actividades diarias con el fin de mantener mejores relaciones con las personas que nos rodean?
·         Si
·         No
·         Es irrelevante

Nota: Las opciones seleccionadas por los encuestados se resaltaron en negrita y subrayadas.


CONCLUSIÓN


Todo ciudadano, idealmente, debe practicar la ética, aplicando principios apegados a la moral, una buena muestra ciudadana debiesen ser los profesionales en la aplicación de su ejercicio. Y es que los más ilustrados debiesen predicar con el ejemplo. Los abogados al aplicar la ley deben de luchar por una causa justa, estando en principio “ellos” claros de lo que es justicia, para aplicarla con integridad. Si ese no fuese el caso, su móvil sería exclusivamente “el dinero”. Los ingenieros y los arquitectos cobrando lo racional y utilizando el material de la calidad pactada con el usuario o cliente. El médico, después del juramento a Hipócrates, con diagnósticos veraces y recetando a conciencia el medicamento apropiado y no aquellos caros que no son efectivos, pero que les permite obtener más comisión de los distribuidores de medicamentos.

El comportamiento ético no es un asunto exclusivo de los profesionales, pues también concierne, sin duda, a toda actuación humana; pero compromete con mayor énfasis a quienes han tenido el privilegio de una formación de nivel superior a costa de toda la sociedad que ha debido contribuir a ella y que espera, justificadamente, una actuación correcta de quienes han disfrutado de esa preferencia selectiva.





REFERENCIAS



Ø  http://es.wikipedia.org/wiki/%C3%89tica. (Consulta realizada el 14 de febrero a las 09:35am)

Ø  http://html.rincondelvago.com/etica-profesional_2.html. (Consulta realizada el 14 de febrero a las 09:50am)

martes, 14 de febrero de 2012

EL ESTADO DOCENTE


Por ser la educación un hecho esencialmente político, entendemos por Estado docente a la visión política de lo que debe ser el sistema educativo en Venezuela. Todo modelo de sociedad tiene su correspondiente modelo ideal de educación; toda filosofía política de la sociedad debe producir un modelo de educación que corresponda con el modelo de sociedad, puesto que no hay modelo de sociedad sin modelo educativo.

En el Estado docente se expone con alta cultura, aguda penetración y permanente vigencia, la postura del Dr. Luis Beltrán Prieto Figueroa. Hasta ahora nadie como él ha defendido el derecho y el deber del Estado a dirigir la educación con tanta coherencia conceptual y política.

La tesis del Estado docente el derecho y deber del Estado a orientar la educación, a definir sus fines, a supervisarla y colocarla en sintonía con los planes de la nación, debe ser conocida y discutida con amplitud por todos los ciudadanos y ciudadanas; esto tan importante no es asunto de élites. El Estado docente, que es el mismo Estado social en función educativa, es principio esencial de la democracia participativa y protagónica.

El Estado interviene, por derecho propio, en la organización de la educación del país, y orienta, según su doctrina política, esa educación. Lo que quiere decir, que la orientación de una escuela depende de la orientación política del Estado. Si el estado es fascista, la escuela es fascista. Si el estado es nazista, la escuela es nazista. Y si el estado es democrático, la orientación de la escuela necesariamente tiene que ser democrática.

El Estado es una concepción de carácter jurídico-social. Se refiere a la forma y organización de la sociedad, de su Gobierno y al establecimiento de normas de convivencia humana. Desde el punto de vista de su existencia material el Estado es la unidad jurídica de los individuos que constituyen un pueblo que vive al abrigo de un territorio y bajo el imperio de una ley, con el fin de alcanzar el bien común. De la mano del Estado está la educación, que es un fenómeno colectivo, y, como tal, está regido por las normas fijadas por el grupo social. Se expresa como una necesidad de la totalidad; y es por ello que el Estado determina los medios para satisfacerla.

Por otro lado, está la libertad. La libertad es un poder controlado. Todo sistema de libertades implica una limitación por la libertad de las otras personas que están frente a nosotros. La libertad de enseñar debe definirse, pues, como la facultad que tiene una persona debidamente capacitada para ejercer una profesión, mediante la autorización que le da el Estado, que ha comprobado en el sujeto condiciones exigidas de idoneidad. Si el individuo que desea enseñar es analfabeto, no tiene nada que enseñar y no puede disfrutar de ese derecho. Si es inmoral, tampoco puede enseñar, aun cuando sea un sabio, porque la ley prohíbe que las gentes inmorales realicen función docente. El Estado establece las normas generales dentro de las cuales la libertad de enseñar tiene cabal adecuación a su objeto, y solamente dentro de esas normas es dable ejercitarla. Un docente tiene que asumir desde su corazón un compromiso, no sólo de la educación de un niño, sino de la educación de una sociedad.
El derecho de enseñar es sólo un medio de que se vale la colectividad para dar cumplimiento al derecho de aprender; pero este derecho de enseñar de los ciudadanos se corresponde con el derecho, que es al mismo tiempo ineludible deber del Estado de suministrar la educación al pueblo todo.

El derecho a aprender también es irrenunciable. Aún cuando parezca paradójico, es un derecho o garantía obligatorio, por ser de estricto orden público, y más que en beneficio del individuo se establece como garantía social, necesaria para el progreso y estabilidad de la democracia, ya que la cultura general habilita al ciudadano para comprender mejor sus obligaciones y para reclamar sus derechos.

El Estado como entidad de derecho público que controla una función pública, una actividad pública como lo es la educación; no puede permitir que las normas dictadas para dirigirla queden violadas y que unos adquieran malos hábitos y otros buenas costumbres; que unos ciudadanos sean formados de una manera y otros de otra; (sin que esto niegue la individualización de la enseñanza, de acuerdo con las aptitudes y las vocaciones) que unos estén orientados de acuerdo con finalidades de progreso y de cultura del pueblo entero y otros estén educados para contradecirla. Eso no puede permitirlo el Estado, ni lo permite ningún Estado del mundo.

El objetivo es único, es la transformación del país y la educación es el instrumento transformador por excelencia.
BIOÉTICA





v  Etimología:

Bio = del griego antiguo βιο, que significa "vida"
Ética = del griego ethos que significa manera de ser o de adquirir las cosas, costumbre, hábito; más el sufijo ico (relativo a) que se refiere a la rama de la filosofía que estudia la moral y la manera de juzgar la conducta humana.

v  Definición:

Según la Encyclopedia of bioethics y el grupo de cualificados expertos que redactaron en 1.991 el llamado Documento de Erice sobre las relaciones entre la bioética y la deontología médica con la Medicina Legal, la Bioética se define como:
“Estudio sistemático de la conducta humana en el campo de las ciencias de la vida y de la salud, examinada a la luz de los valores y principios morales”.

v  Génesis Histórica:

El nacimiento de la bioética hay que reconocérselo a dos científicos clínicos, de origen holandés, pero que en los años sesenta trabajaban en los Estados Unidos: el oncólogo Van Renselaer Potter y el fisiológo de embriología humana André Hellegers (1.925-1.979), ambos catedráticos universitarios e investigadores. Potter posee el mérito de haber forjado el término “bioética” y haber elaborado los rasgos esenciales de la fisonomía de esta nueva rama del saber. Por su parte, Hellegers "fue quien introdujo el término bioética y, con él, un campo de investigación de interés común, en el mundo académico, en el de las ciencias biomédicas, en el gobierno y en los medios de comunicación”, aportando, además, cambios notables al modelo de bioética delineado por Potter. Pero sobre todo esto hay que aportar algunos datos posteriores.

La aparición del término “bioética” tiene fecha y “lugar” precisos. En 1.970, Potter publicó un artículo con el título Bioethics: Science of Survival. El título, además de lanzar el nuevo término, proponía una concepción precisa de bioética: “ciencia de la supervivencia”. Enseguida veremos cuál es el significado de esta expresión. Potter, al poco tiempo, le añade otra y no con un artículo, sino con todo un libro: Bioethics: Bridge to  the future, que aparece en enero de 1.971 y en el que están recogidos varios de sus artículos.

Reduciendo a lo esencial todo lo que habría que decir,  incluimos un mínimo de explicación de la no habitual terminología y de la concepción inicial de la bioética por Potter. Potter compartía con otros estudiosos  y pensadores la convicción de que la existencia de la especie humana no sólo no está garantizada, sino que se encuentra seriamente amenazada. Esta amenaza se ha hecho particularmente grave en nuestro tiempo debido a las graves alteraciones de los equilibrios biológicos y a la creciente contaminación de los ecosistemas, fruto de un saqueo insensato de la naturaleza por parte del hombre, que actualmente se encuentra en posesión de formidables poderes manipuladores, que le han conferido los vertiginosos progresos tecnológicos, especialmente en las biotecnologías, producidos en un contexto de separación neta entre ciencias experimentales y ciencias humanas, especialmente la ética. Por esto se produce la propuesta de una nueva materia de estudio con la tarea específica “de la investigación de una sabiduría, es decir, de un conocimiento que nos haga capaces de realizar juicios adecuados en relación con lo que podría constituir un progreso físico, cultural o filosófico para una supervivencia humana valiosa”.

Podemos intuir ya en qué sentido los nuevos estudios se configuran como  “ciencia de la supervivencia” y “puente hacia el futuro”, puente entre ciencias experimentales y ética que esté en condiciones de garantizar el paso, un “puente” hacia el futuro. Pero ¿por qué llamarla bioética? Es singular y sorprendente la respuesta que el mismo Potter da a Reich en una entrevista el 31 de agosto de 1.992: “Un día, mientras se alejaba de McArdle  Laboratories for Cancer Research” de la University of Wisconsin, se brotó en la mente de golpe la palabra “bioética”, que “fue precisamente en Eureka feeling”. Intuición de la que el mismo Potter se ha encargado de mostrar la racionalidad de significados y contenidos: “La Bioética ha aparecido como una nueva materia de estudio que enlaza el conocimiento biológico con el conocimiento de los sistemas de los valores humanos. He escogido bio para indicar el conocimiento biológico, la ciencia sobre los sistemas vivos, y he elegido ética para indicar el conocimiento sobre los sistemas de valores humanos”. De modo más amplio: “El género humano necesita urgentemente de una sabiduría como guía para la acción, un saber cómo utilizar el conocimiento para el bien y el futuro de la condición humana, de una ciencia de la supervivencia, la bioética, que tiene el requisito fundamental de promover la calidad de vida. Consideramos que esta ciencia de la supervivencia debe ser construida, desde luego, sobre las ciencias biológicas pero llegando más allá de sus confines tradicionales, es decir, incluyendo los elementos fundamentales de las ciencias sociales y antropológicas, con particular referencia a la filosofía en su sentido estricto de “amor a  la sabiduría”.

v  Autores:
Potter también índica cuáles han sido  sus principales inspiradores: C.H. Waddington, profesor de genética animal de Edimburgo, “un bioético antes de que la palabra fuese inventada”; M. Mead, la conocidísima antropóloga, quien en un artículo decía: “tenemos necesidad en nuestras universidades de cátedras de futuro”; T. Dobzhansky, “que colaboró vitalmente en toda la estructura de la bioética que yo estaba pensando”, por último, Aldo Leopold, un ecologista que tuvo el mérito de entender la correlación entre comportamientos humanos y equilibrio del ecosistema, y sus efectos en la evolución del mundo y de la especie humana.