BIOÉTICA
v Etimología:
Bio = del griego antiguo βιο,
que significa "vida"
Ética = del griego ethos que
significa manera de ser o de adquirir las cosas, costumbre, hábito; más el
sufijo ico (relativo a) que se refiere a la rama de la filosofía que estudia la
moral y la manera de juzgar la conducta humana.
v Definición:
Según la Encyclopedia of
bioethics y el grupo de cualificados expertos que redactaron en 1.991 el
llamado Documento de Erice sobre las
relaciones entre la bioética y la deontología médica con la Medicina Legal, la
Bioética se define como:
“Estudio sistemático de la conducta humana en el campo de las
ciencias de la vida y de la salud, examinada a la luz de los valores y principios
morales”.
v Génesis Histórica:
El nacimiento de la bioética hay que reconocérselo a dos
científicos clínicos, de origen holandés, pero que en los años sesenta
trabajaban en los Estados Unidos: el oncólogo Van Renselaer Potter y el
fisiológo de embriología humana André Hellegers (1.925-1.979), ambos
catedráticos universitarios e investigadores. Potter posee el mérito de haber
forjado el término “bioética” y haber elaborado los rasgos esenciales de la
fisonomía de esta nueva rama del saber. Por su parte, Hellegers "fue quien
introdujo el término bioética y, con él, un campo de investigación de interés
común, en el mundo académico, en el de las ciencias biomédicas, en el gobierno
y en los medios de comunicación”, aportando, además, cambios notables al modelo
de bioética delineado por Potter. Pero sobre todo esto hay que aportar algunos
datos posteriores.
La aparición del término “bioética” tiene fecha y “lugar”
precisos. En 1.970, Potter publicó un artículo con el título Bioethics: Science
of Survival. El título, además de lanzar el nuevo término, proponía una
concepción precisa de bioética: “ciencia de la supervivencia”. Enseguida
veremos cuál es el significado de esta expresión. Potter, al poco tiempo, le
añade otra y no con un artículo, sino con todo un libro: Bioethics: Bridge
to the future, que aparece en enero de
1.971 y en el que están recogidos varios de sus artículos.
Reduciendo a lo esencial todo lo que habría que decir, incluimos un mínimo de explicación de la no
habitual terminología y de la concepción inicial de la bioética por Potter.
Potter compartía con otros estudiosos y
pensadores la convicción de que la existencia de la especie humana no sólo no
está garantizada, sino que se encuentra seriamente amenazada. Esta amenaza se
ha hecho particularmente grave en nuestro tiempo debido a las graves
alteraciones de los equilibrios biológicos y a la creciente contaminación de
los ecosistemas, fruto de un saqueo insensato de la naturaleza por parte del
hombre, que actualmente se encuentra en posesión de formidables poderes
manipuladores, que le han conferido los vertiginosos progresos tecnológicos,
especialmente en las biotecnologías, producidos en un contexto de separación
neta entre ciencias experimentales y ciencias humanas, especialmente la ética.
Por esto se produce la propuesta de una nueva materia de estudio con la tarea
específica “de la investigación de una sabiduría, es decir, de un conocimiento
que nos haga capaces de realizar juicios adecuados en relación con lo que
podría constituir un progreso físico, cultural o filosófico para una
supervivencia humana valiosa”.
Podemos intuir ya en qué sentido los nuevos estudios se configuran
como “ciencia de la supervivencia” y
“puente hacia el futuro”, puente entre ciencias experimentales y ética que esté
en condiciones de garantizar el paso, un “puente” hacia el futuro. Pero ¿por
qué llamarla bioética? Es singular y sorprendente la respuesta que el mismo
Potter da a Reich en una entrevista el 31 de agosto de 1.992: “Un día, mientras
se alejaba de McArdle Laboratories for
Cancer Research” de la University of Wisconsin, se brotó en la mente de golpe
la palabra “bioética”, que “fue precisamente en Eureka feeling”. Intuición de
la que el mismo Potter se ha encargado de mostrar la racionalidad de
significados y contenidos: “La Bioética ha aparecido como una nueva materia de
estudio que enlaza el conocimiento biológico con el conocimiento de los
sistemas de los valores humanos. He escogido bio para indicar el conocimiento biológico, la ciencia sobre los
sistemas vivos, y he elegido ética
para indicar el conocimiento sobre los sistemas de valores humanos”. De modo
más amplio: “El género humano necesita urgentemente de una sabiduría como guía
para la acción, un saber cómo utilizar el conocimiento para el bien y el futuro
de la condición humana, de una ciencia de la supervivencia, la bioética, que
tiene el requisito fundamental de promover la calidad de vida. Consideramos que
esta ciencia de la supervivencia debe ser construida, desde luego, sobre las
ciencias biológicas pero llegando más allá de sus confines tradicionales, es
decir, incluyendo los elementos fundamentales de las ciencias sociales y
antropológicas, con particular referencia a la filosofía en su sentido estricto
de “amor a la sabiduría”.
v Autores:
Potter también índica cuáles han sido sus principales inspiradores: C.H. Waddington,
profesor de genética animal de Edimburgo, “un bioético antes de que la palabra
fuese inventada”; M. Mead, la conocidísima antropóloga, quien en un artículo
decía: “tenemos necesidad en nuestras universidades de cátedras de futuro”; T.
Dobzhansky, “que colaboró vitalmente en toda la estructura de la bioética que
yo estaba pensando”, por último, Aldo Leopold, un ecologista que tuvo el mérito
de entender la correlación entre comportamientos humanos y equilibrio del
ecosistema, y sus efectos en la evolución del mundo y de la especie humana.

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